jueves, 23 de junio de 2016

En la abyección de una constante existencia
En la denotación de las oscilaciones
En el urgir de pasos sobre la banquina
En los quehaceres de la cama


¿En qué soy? 

sábado, 16 de abril de 2016

Y es que vas a terminar
igual o mejor,
según la escala de lo peor

Tapando al Minotauro solo porque hay niños

lunes, 2 de noviembre de 2015

En los nidos de 3 horas
y sus grabados premonitorios

En los apoyos abrazados
de entre líneas subterráneas

En las sorpresas plásticas guardadas
de valijas y cajas centenarias

En la complicidad
de tu cuerpo laxo


La trama del escondite, se rompe con mi sonrisa

sábado, 22 de agosto de 2015

He chose her. And when push came to shove, he chose her. So a sincere "FUCK YOU" is a good start.

jueves, 11 de junio de 2015

Sujeción a la vida por mordaza
eterno rarismo de sermón
supura rutina de apuntes y tazas

Obligación de lo binariamente ordinario

____________________________


Paradas de colectivos flameando
miles de baldosas apuntando
la conexión del diente con el adoquín

__________________________________


Vistosos del café y de las coacciones
corrompidas cinturas del jarabe hilado
atramados al lobo del hombre

Las sumisiones de todos los días 

lunes, 1 de junio de 2015

Dichosos niños, monstruos padres
comparándome
clasificándome
componiéndome
atribuyéndome

Bisturí por intestino
sierra por tendón

Bajo el inerte hilo de Ariadna


domingo, 22 de marzo de 2015

Things could be different, but they are not – Kevin Barnes

Po-po-poder. Poder es evitar lo condicionado y meterse de lleno en el hacer. Modificar los caminos ya marcados, para hacer el deseado. Pero hoy no tengo poder para el poder. Hoy me deshago en la paga de los materiales. Hay autenticidad corrompiendo la ceñida cintura de las posibilidades. Y se deshacen las potencialidades del mero descubrimiento.
Y a la sujeción a la vida, hay rarismo de sermón. Cuando asentís ante la clausula de resaca infinita, es porque finiquitas lo inexorable de la tapa. Ya nos quedamos en nada más que esos vasos. Solo a mí me quedó la carta extra: el saberme supurar alegremente las herrumbres de un cierre que jamás se concedió la apertura.

Desconcertada violencia se envuelve en una rutina inexorable que es el desperdigar lágrimas.